Volvemos a trabajar la presión, pero en lugar de aplicada de manera positiva para causar un impulso en los cohetes, hemos revisado el concepto de implosión que ya habíamos visto el año pasado, y con latas de refrescos de aluminio, hemos creado las implosiones por cambios de temperatura.
Con esto, hemos recordado lo que es una implosión, y vemos el proceso contrario al que ocurre con los cohetes de agua, en la implosión, se contrae el recipiente de golpe hacia el interior, mientras que en los cohetes, el agua a presión, aumenta el volumen al máximo, intentando escapar del recipiente que lo contiene, y cuando el tapón que lo mantiene dentro salta, por la tercera ley de Newton (acción-reacción), sale empujado hacia arriba.
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